Blog Action Day. «15 de Octubre de 2007, publica un post en tu blog relacionado con un tema de tu elección que pertenezca al medio ambiente. Se posteará algo acerca del medio ambiente, en relación a la temática del blog.»
En nuestro caso, por lo variado de nuestros contenidos era dificil decantarse por algún tema en particular, así que hemos optado por escribir sobre el plástico. Si esto sirve para que todos tomemos un poco más de conciencia, nos damos por satisfechos. Eso sí, no sólo hoy, sino tambien el resto del año.
Los plásticos en el medio ambiente:
El impacto en el medio ambiente de las miles de bolsas de plástico que consumimos (cada español consume de media 238 bolsas de plástico al año), es enorme, y eso sin contar la gran cantidad de energía necesaria para su fabricación, puesto que están compuestas de sustancias derivadas del petróleo, que además tardan en degradarse entre 80 y 90 años. Sin contar con las pinturas y serigrafías que llevan en su publicidad que normalmente están fabricadas a base de residuos metálicos tóxicos.
A todo esto hay que añadir, que el plástico como material está presente en la mayoría de productos que consumimos, generando más y más residuos cada día. Eso hace que SÓLO en España generemos 5 millones de toneladas al año de residuos plásticos, de los que sólo se reciclan 700.000 toneladas, el resto, o mejor dicho la mayor parte acaba siendo desechada sin control, en cualquier sitio, contaminando todo lo que tenemos, las ciudades, los ecosistemas naturales, los ríos, el mar.
Cuando llegan al mar, el impacto ya es letal, para el propio mar, pero sobre todo para los animales que desconociendo el peligro que conllevan, las ingieren y acaban muriendo de una forma atroz. El año pasado, cerca de 100.000 ballenas, focas, tortugas y otros animales marinos murieron con bolsas de plástico en el interior de su organismo.
Cuando llega el verano y vamos a las playas, no pensamos que nuestro paso por ellas va dejando un rastro de muerte, para el propio mar y para los animales que en él habitan, la huella que vamos dejando a nuestro paso, además de la suciedad, son millones de objetos de plástico de todo tipo, que dejamos abandonados en las playas y costas, y que el viento y/o las mareas se encargan de arrastrar mar adentro.
Una bolsa de plástico puede navegar a lo largo y ancho del mundo, entre 30 y 40 años sin degradarse, empezando otro ciclo: el de la destrucción de la fauna marina.
Las tortugas marinas las confunden con medusas y las comen ahogándose en el intento por tragarlas. Los delfines, ballenas, focas y demás animales lo mismo, ellos no reconocen que son desperdicios humanos, simplemente están acostumbrados a que “lo que flota en el mar se come” según palabras de un famoso biólogo.
Pero la ingesta de plásticos no sólo afecta a los animales marinos, también a las aves; En estudios patológicos realizados a animales en libertad fallecidos, que de un modo u otro tienen el mar como su entorno natural de vida, se descubrió que en el interior de sus organismos, había desde, tapones de botellas, pasando por encendedores u otros trozos de pequeños plásticos.
Así pues, ya vemos que no sólo afecta a los animales acuáticos, también a las aves.
Y, es que el plástico es versátil, resistente y sobre todo barato. Si miramos a nuestro alrededor, veremos que estamos rodeados de objetos fabricados con plástico. Cada vez se produce más… y claro, cada vez tenemos que desechar más.
Pero, ¿por qué tan sólo se recicla un pequeño porcentaje del plástico?
Sencillo, a diferencia de lo que sucede con otros materiales, como el vidrio o el papel, el reciclado de plástico no supone un gran ahorro, de ahí que no sea rentable su reutilización y sí, la fabricación nueva.
Y llegados a este punto, ¿qué alternativas tenemos?:
El bioplástico.
El Bioplástico es un material polímero fabricado a partir de recursos renovables (por ejemplo, azúcares, almidón, celulosa, patatas, cereales, melazas, etc.), no fósiles, que se degrada rápidamente, que se puede descomponer y devolver a la tierra como abono, siendo posteriormente sintetizado con energía renovable; esto también se le aplica a los productos sintéticos fabricados a partir de petróleo, pero que son biodegradables (por desgracia son minoría) que ya empiezan a comercializarse, poco, muy poco, en este llamado primer mundo.
Lo malo de estos plásticos biodegradables, es que no tienen las características de un plástico normal, no se les puede pasar por procesos de moldeo, extrusión, soplado, además de tener una resistencia, y rigidez menores, hasta ahora, su utilización está enfocada a productos de vida útil corta, por su baja resistencia a la acción de los microorganismos en aplicaciones que soportan la intemperie.
De estos plásticos biodegradables, lo que se aprovecha generalmente son los residuos que se encuentran fácilmente en la naturaleza y que se van renovando por si solos. Esto tiene la ventaja de que no sólo se reducen los impactos ambientales sino que no se termina con el producto, sólo se aprovechan los residuos orgánicos.
Por suerte, existen ya bastantes empresas que están apostando por esta opción, reforzando su área de I+D+i e incluyendo ya en sus estudios plantas piloto de materiales bioplásticos y reforzando su área de I+D+i (Investigación+Desarrollo+innovación), aplicando a sus productos más perecederos este material; parece que poco a poco, también en las empresas se esta creando una conciencia ecológica, comprobando que el cuidado del medio ambiente, no tiene porque repercutir en la capacidad productiva. Algunos ejemplos son: Hewlet Packard, Fujitsu, Nestle, Toyota, Down Chemicals – Natureworks o Belu, que han empezado a usar este bioplástico en diferentes aplicaciones como carcasas de ordenadores, televisores, telefonía móvil, walkman, y productos que generan un numero importante de residuos como son los envases, sobre todo algo que destaca últimamente los de las botellas de agua y de refrescos, también en el papel “films” para productos frescos y confitería, las bandejas termo en las que nos sirven los alimentos precocinados, las bandejas de polímero sobre la base de almidón de maíz solubles en agua, cintas adhesivas de celulosa modificada que puede usarse también como recubrimiento de bandejas de celulosa o almidón, films de mezclas de Ecoflex con PLA (acido láctico del maíz, ya granulado) y almidón, para envasado de alimentos con atmósfera modificada MAP).
También se empieza a explorar en otros sectores como el agrícola, el de componentes electrónicos y se empieza a investigar su aplicación a la medicina para productos desechables, como en biomedicina para desarrollo de tejidos –medicina regenerativa, y también para elementos necesarios en cirugías de huesos como tornillos biodegradables.
Algunas grandes cadenas comerciales de Francia, Gran Bretaña, Italia y Países Bajos, (por desgracia, a España aun no ha llegado “esta moda”) han comenzado a utilizarlos principalmente para el envasado de productos frescos como frutas, verduras y productos congelados, y para productos de higiene personal o vajillas y vasos desechables.
En algunos países se plantean medidas más drásticas para frenar su uso. Por ejemplo, en Suecia o Alemania el cobro de las bolsas está generalizado, si bien los consumidores están más concienciados y suelen reutilizarlas o emplean bolsas de tela.
En otros paises han optado por la vía que más nos duele a los ciudadanos; los impuestos. En Irlanda ha implantado el “plustax”, que obliga al pago de 15 céntimos de euro por cada bolsa que utilicen los consumidores. En Hong Kong, una tasa medioambiental similar a la irlandesa, obliga a pagar por cada bolsa unos 50 céntimos.
Y, algunas ciudades de Estados Unidos se están planteando prohibir directamente su uso, como en San Francisco, Boston o Berkeley. En Los Ángeles se estudia sustituirlas por otras recicladas y biodegradables. Por su parte, en la localidad inglesa de Devon las han eliminado de los establecimientos comerciales, ofreciendo en su lugar bolsas de papel o de tela.
En Francia e Italia para el 2010 estarán prohibidas todas las bolsas de plástico no biodegradables, en España somos más laxos, tan sólo se pretende que en 2015 el 70% sean biodegradables.
En cualquier caso, en nuestra mano está, aunque parezca como el anuncio de la tele “total por una más…” una más una, más una… reduzcamos el consumo del plástico en la medida de lo posible, reutilicémoslos, y si está a nuestro alcance, usemos plásticos biodegradables, pero NUNCA, NUNCA, tiremos los plásticos junto con la basura orgánica, ni las dejemos tiradas ni en el campo ni en el mar, recordar, que los animales, no distinguen lo que para nosotros sólo es basura, y su muerte es muy, muy lenta y agónica.
“La materia ni se crea ni se destruye, sólo se transforma” Antonio Laurent Lavoisier en 1789,Tratado Elemental de Química
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