Cuando esa noche te oí llorar pensé que era otra vez más de lo mismo, la misma discusión y los mismos insultos de siempre, ¡no eres nada!, ¡no sirves para nada!, ¡eres una puta mierda!, también los furiosos golpes en puertas y paredes eran los mismos de otras veces, pero cuando te oí que le decías “en la cara no, no me des en la cara que luego se ve” ahí se me cayó el alma a los pies, no eran sólo insultos y vejaciones, no eran sólo golpes a puertas, muebles y paredes, ¡te estaba golpeando a ti!.
Ignoro si han sido más veces, quizás debería haber prestado más atención a eso, pero no lo hice… pensaba, como muchos, que eran discusiones de pareja, en las que él se enfurecía demasiado, pero no era así.
Y es que X (llamémoslo así) es un encanto, jovial, buen humor, bromista, siempre dispuesto a hacer un favor con buenísima cara además. Por lo que veo, el típico retrato del maltratador, una buena persona de puertas afuera, un monstruo en casa.
Pero sabes “Y”, (llamémosla así) por las palabras que le decías se deduce que no es la primera vez, ni la segunda ni la tercera que te golpea (ahora entiendo tus caídas frecuentes y tus morados que tratabas de tapar en el verano diciendo que estabas destemplada cuando te veíamos con manga larga) pero aun así, creo que lo que más me impactó es lo que oí que le dijo tu hijo a su padre “si vuelves a tocar a mi madre me las arreglo para matarte”. Y eso, querida “Y”, debe hacerte reflexionar.
Tu hijo tiene 13 años, 1.80 de estatura y complexión fuerte, y aunque haya salido a su padre en la apariencia, con 13 años y furioso por ver como su padre te maltrata es capaz de sacar fuerzas de donde aun no las haya y darle un mal golpe a su padre.
Imagina “Y”, ¿qué va a suceder con él? Es posible que no vaya a prisión, es menor, pero el estigma de haber matado a su padre irá con él siempre, aunque sepa que fue en defensa de su madre.
Por eso, por él, por tu hijo, por tu pequeña nenita que hace poco disfrutas (sabiendo lo que hoy sé, y que según tu dijiste “fue un descuido” puesto que no querías tener más hijos, imagino como debió ser la concepción de la pobre) debes decidirte y hacer algo tú, deja de pensar que es el carácter, que luego no es nadie, que tiene esos prontos, que te quiere.
NO, no te quiere, si en verdad te quisiera, no te maltrataba, ni física ni psicológicamente, decídete y déjalo, hazlo por tus hijos, porque no tengan que ver esas escenas y vivir con ellas, porque sean niños que disfruten y no teman la hora en que su padre llega a casa, o por el miedo a que tu hijo un día salga en tu defensa y ….
Saldrás adelante, aunque tengas una nena pequeña y un chaval de 13 años. Trabajarás más, seguro, pero… estoy segura que vivirás más también y lo más importante mejor.
Por favor “Y” no nos obligues a los vecinos a avisar a la policía, en el mejor de los casos hablando de malos tratos, en el peor… ¿quien sabe? Hazlo tú, hazlo por ti, y por tus hijos.
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Esto, lo escribí, aunque no lo publiqué, porqué sabía que tú lees este blog y me pareció muy fuerte que al leerlo, confirmaras que los vecinos, al menos los más cercanos, sabíamos tu problema.
A los dos días me armé de valor, y con la excusa de ver a tu nena, entré en tu casa, y charlando de lo divino y lo humano, reconduje la conversación hasta el tema del maltrato con el fin de ofrecerte toda la información y ayuda llegado el caso, arriesgándome, como así sucedió, a que me dijeras lo que siempre se dice en estos casos “él no es así, es sólo que se pone nervioso y no controla, etc., etc.”
Hoy, han pasado tres meses y tú, por suerte te decidiste, él ha abandonado la casa (incluso según me dices está en terapia), y ya no se oyen voces altas en tu hogar más que las que le das a tu hijo para que estudie y deje de jugar a la videoconsola.
Tú, le echas de menos, tus hijos también, pero sabéis que nadie os va a gritar ni a insultar ni a pegar, y con tu decisión has apartado el peligro de que le pegue un mal golpe tu hijo a su padre.
Reconozco que hay muchas mujeres que ese paso no lo dan por desinformación, por miedo, por carecer de medios de vida, pero tú lo diste, ahora trabajas más, lo sé, pero no te importa, vives más tranquila.

Mujer, hombre, ¡¡¡ NO TE CALLES !!!, si sufres algún tipo de violencia por parte de tu pareja, denúncialo, sal de esa condena de “cadena perpetua” nadie merece morir para que la autoestima de otro se realce.
De interés:
– Hasta que la muerte nos separe.
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