Haciendo madera del árbol caído

Quiso la casualidad que el pasado Miercoles colgase una entrada en referencia a la «calidad» del contenido televisivo del verano y al poco tiempo, me enteré del accidente ocurrido en el aeropuerto de Barajas.

¡Pues para que queremos más!. Ya hay tema para hacer leña del árbol caído y mantener o incrementar audiencias a costa de explotar los sentimientos ajenos. Me parece demencial este tipo de actitudes morbosas y amarillistas aprovechándose de la situación de dolor por la que están pasando muchas personas.

Repetir una y otra vez secuencias del siniestro, solicitar imágenes y comentarios personales a los usuarios desde los medios de comunicación, perseguir a los familiares de las victimas, etc., no creo que sea esta la mejor forma de hacer periodismo, me parece que una cosa es la información y otra muy diferente es el morbo y el abuso o la falta de escrúpulos, más propio de CARROÑEROS que de personas.

Ahora que ya casi todos contamos con cámara en el teléfono móvil y conforme pasen los días y como ya ha ocurrido en ocasiones anteriores, seguro que aparecerán (y en verdad espero equivocarme) fotos más cercanas al momento del accidente en las que se muestren situaciones muchísimo más dramáticas.
Pero…
¿Quien las hace?.
¿Quien tiene acceso inmediato en el momento del accidente?.
¿Se puede permitir esto?.

Yo considero que NO y además espero que de alguna manera sean sancionados, tanto los que las toman y divulgan o venden al mejor postor, como los que las emiten. No tenéis derecho alguno a jugar con los sentimientos de esas familias, eso no es información.

Y he dejado para el final lo que hacen esos colaboradores de «chichinabo» en tantos programas del llamado corazón, actualidad o prensa rosa, maestros liendres muchos de ellos (de todo saben y nada entienden), pero creo que no es necesario entrar en detalles sobre sus actuaciones ya de sobra conocidas por casi todos.

Pero claro, las audiencias mandan y a tenor de esos valores, parece que sigue habiendo muchas televisiones encendidas y no precisamente viendo los documentales de la 2 o similares, por desgracia.

Vergüenza ajena me dan.

11 comentarios sobre “Haciendo madera del árbol caído

  1. Cierto diario de nomber planetario ya publicó alguna imagen el mismo día del accidente que podría haberse guardado.

    Ahora estan apareciendo todos los videos grabados de gente que estaba por la zona. Hasta que encuentren a alguien que de casualidad grabase el despegue o les filtren la grabación de las camaras del aeropuerto…

    Vergüenza ajena me da…

  2. Por haber creo que hay hasta un sueco que ha puesto en subasta una entrevista con su señora, que creo que iba en el avión.

    Pero al final todo se basa en lo mismo, los culpables somos nosotros porque siempre se ha dicho que en televisión solo emiten lo que la gente quiere ver.

    Eso es posiblemente la única verdad que han dicho nunca y aún con eso sería una verdad a medias porque el televidente medio tragará con lo que le pongan que al fín y al cabo nos lleva de nuevo al punto de partida.

  3. Pues si Liam la pescadilla que se muerde la cola. Y este suceso porque nos toca de cerca pero vamos, que es habitual también todos los días del año.

    Así nos va…

  4. La madre que los trajo!!!!

    Rizamos el rizo, una televisión argentina, ha hecho públicas las supuestas grabaciones de las conversaciones que mantuvieron los pilotos en los trágicos minutos antes del accidente.

    De ser ciertas, éstas son las obtenidas de la caja negra del aparato y por tanto sólo se pueden obtener del Juzgado que lleva el caso.

    ¡Como ciudadana exijo que el juzgado investigue y de ser cierto que han salido de allí, depure responsabilidades hasta sus últimas consecuencias!

    Ya tenemos más morbo, ¿hasta cuando se va a consentir ésto?

  5. Yo también reitero que el problema es culpa nuestra, si no nos encantaran estas cosas (aún demostrando un tremendo afligimiento) y no nos regodeáramos en ellas, no se divulgarían tantas imágenes de este tipo.

  6. De ahí salen las cuotas de share de los diferentes programas de TV, si realmente no se vieran no seguirían proliferando en los diferentes canales y de algún modo mostraríamos una sensibilidad que a día de hoy no es tal sino morbo.

    Aún así, una cosa es la audiencia que tenga un programa y lo que la gente vea o quiera ver y otra muy diferente es no querer saber donde está el límite entre el derecho a la información y el derecho a la intimidad y el respeto al sufrimiento de los demás.

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