Queda claro que cualquier adicción, sea del tipo que sea, crea estados de animo que no sólo hacen perder la autoestima, también la estabilidad emocional y la de los vínculos familiares o de amigos hasta el punto de quedarse solos pues ni siquiera sus «compañeros de farras» le son leales.
Pero resulta curioso como a veces, personas que se empeñan en no sentirse dependientes de determinada cosas o determinada persona, luego caen en otra dependencia con fuerza, aunque como sucede con todas las dependencias las niegan, no las reconocen e insisten en que ellos controlan.
Un claro ejemplo de dependencia y de pérdida de control por «el mono» que produce es la chica del vídeo.
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