Ya hace tiempo que no escribimos acerca de ninguna Leyenda, así pues, aprovechando que hoy, Madrid, celebra su fiesta patronal: La Virgen de la Almudena, vamos a contar la leyenda-historia de cómo llegó a ser la patrona de la ciudad de Madrid.
Aquí, como en la mayoría de las leyendas se mezcla la tradición con la historia, haciendo muy difícil separar la una de la otra.
Tenemos que remontarnos al año 712, cuando Muza y Tarik al mando de las tropas musulmanas derrotaron al ultimo rey visigodo, Don Rodrigo, en la Batalla de Guadalete. La conquista del resto del territorio fue rápida, así como la expansión musulmana por casi toda España ya la conocemos todos.
Y llegamos al año 856, cuando el califa de Córdoba Muhammad I y sus tropas, llegan a una pequeña villa del centro de la península, a la que bautizaron como Magerit, (la actual Madrid) en ella, construye un alcázar (alqáṣr) en las ruinas de la atalaya romana existente, (donde en la actualidad se asienta el Palacio de Oriente) y alrededor del cual crecería la villa.
En aquella pequeña villa se veneraba desde hacia siglos la imagen de un virgen, llamada Santa María de la Vega, también conocida como Concepción Admirable, quizás por que la capilla donde habitaba la virgen, se encontraba situada en lo que ya entonces se denominaba Cuesta de la Vega.
Hasta aquí es historia y ahora empieza la leyenda o al menos lo que no ha quedado documentado.
Al producirse la invasión musulmana,los cristianos habitantes de la villa, que le profesaban culto, decidieron esconderla por temor a que fuera profanada por las tropas musulmanas, y un herrero, vecino de aquel Magerit medieval, escondió la imagen de la Virgen, que según la misma leyenda, habría sido traída por el mismísimo Apóstol Santiago en el año 38 de nuestra, y que sigue diciendo la leyenda, fue tallada por San Lucas y pintada por Nicodemus.
Y sigue la tradición.
En el lugar donde el herrero oculto la imagen de la virgen, una fiel devota, llamada Maritana, prendió dos velas para que acompañaran a la virgen, sin pensar que para que siguieran encendidas la velas necesitaban oxígeno, oxígeno que al cerrar el habitáculo, no iba a tener, pero claro, los conocimientos del pueblo entonces eran los que eran.
La historia de la ocultación de la virgen se fue transmitiendo de forma oral (el pueblo “llano” ni sabía leer ni escribir, ni tenía acceso a la educación) de generación en generación, pero… no el sitio donde el herrero la ocultó.
En el año 916, el templo donde se rindió culto a esta virgen, fue convertido en mezquita por los musulmanes.
Tuvieron que transcurren casi tres siglos desde la ocultación, en concreto hasta el año 1083, que el rey Alfonso VI, reconquista Madrid, y escucha a los habitantes de la villa la historia de la virgen escondida por sus antepasados, pero de la cual ignoraban el lugar exacto en el que se encontraba, pese a que desde hacía mucho tiempo la estaban buscando.
El rey, hizo les un voto solemne:
“Si conquistamos Toledo, prometo buscar la Imagen de Santa María de la Vega, hasta que consiga encontrarla”.
Pero, mientras aparecía, mandó pintar una figura de una virgen sobre los muros de la iglesia (la que los musulmanes habían convertido en mezquita y que anteriormente fue la Iglesia de Santa Maria), naturalmente, consagrada para convertirla en iglesia cristiana.
Se desconoce el artista que la pintó, pero como cosa curiosa, se cuenta que para pintarla, se inspiró en los rasgos de la reina Constanza de Borgoña, esposa del rey, hasta tal punto, que puso en su mano, la de la virgen, una flor de lis, símbolo de la casa real francesa, (algunos historiadores aseguran que lo de la flor fue una imposición de la reina, de ascendencia francesa).
Por lo que los madrileños, que ya entonces éramos muy chuscos, la rebautizaron y le pusieron el nombre de la Virgen de la Flor de Lis.
Y curiosamente esta imagen también estuvo “perdida” hasta que 1624, cuando se hicieron modificaciones en el altar mayor de la Iglesia de Santa Maria, (demolida en 1869, y ubicada justo en el lugar que ahora ocupa la Catedral de la Almudena) y apareció esta pintura que hoy se encuentra en la cripta de la catedral de Nuestra Señora de la Almudena.
Volvemos a 1085, Toledo cayó, y en el mes de noviembre, el rey regresó a Magerit, rebautizada ya como Madrid, dispuesto a cumplir su voto.
Pero pese a buscarla intensamente, Santa María de la Vega no aparecía.
Agotados los recursos, el rey Alfonso VI decide recurrir a las mas altas esferas y organiza una plegaria. La plegaria, seguida de una imponente procesión, encabezada por él mismo, en la que figuraban todos los estamentos sociales: autoridades eclesiásticas, nobleza, ejército, pueblo… discurre en torno a la muralla de Madrid, hasta que al llegar al paño de la muralla cercano a la Almudayna –la Alcazaba-, precisamente el situado en el lugar de la Cuesta de la Vega, justo donde siempre se había venerado a la Imagen desaparecida, unas piedras se derrumban.
Ya era anochecido, cuando en la oscuridad de la noche se observa un hueco iluminado: Santa María de la Vega está ahí.
Pero, contra todo pronostico no aparece sola. El milagro ha nacido.
Acompañándola, durante siglos, y desafiando todas las leyes de la naturaleza y de la física, a su lado aparecen las dos velas encendidas, sin consumirse que Maritana encendió cuando la ocultaron casi 3 siglos antes.
Era el 9 de noviembre de 1085.
La imagen fue expuesta en lo que desde entonces se consideró su casa: la capilla de Santa Maria, situada en lo que hoy es la calle Bailén, (hasta que en 1868 fue demolida precisamente para ensanchar dicha calle) y desde entonces se la llamó la Virgen de la Almudena, por haber estado escondida y haber sido encontrada en un almudín (al-mudy) o depósito del trigo.
El paño de la muralla donde fue encontrada pasó a llamarse de la virgen, y cuando en 1707 se derribó, se colocó una imagen de piedra de la virgen como recuerdo, y curiosamente, ese sitio, aun hoy en día, sigue siendo lugar de peregrinación de muchos madrileños.
La actual imagen de la Virgen de la Almudena, data de 1941 ya que durante la guerra civil la imagen original resultó destruida, y el 10 de Noviembre de 1948 fue coronada, posteriormente, el 1 de julio de 1977 fue declarada patrona de la diócesis de Madrid por el papa Pablo VI.
El 2 de febrero de 1954 la imagen de la Virgen de la Almudena fue trasladada desde la iglesia del Sacramento donde estaba, a un altar del Templo de San Isidro.
Allí permaneció hasta junio de 1993, cuando en una solemne procesión fue trasladada a la nueva Catedral de Santa María la Real de la Almudena, donde desde entonces permanece en un magnifico altar gótico, en el lado derecho del Altar Mayor. Al día siguiente Su Santidad Juan Pablo II consagro la nueva Catedral Metropolitana de Madrid, siendo la única catedral española consagrada por un Papa (El Templo de la Sagrada Familia que el domingo consagró Benedicto XVI lo consagró como Basílica).
Como aclaración a esto ultimo, y para que no haya malos entendidos con nadie, y como yo tampoco tenía muy clara la diferencia entre Catedral y Basílica, he repasado las definiciones de la propia Iglesia; “la designación de «basílica» la puede dar el Papa a una Iglesia sea esta o no catedral”
Toda esta historia-tradición, tan bonita ella y tan llena de creencias y de milagros, tiene una enorme falla, está documentado que con anterioridad a la ocupación musulmana en Madrid no existía muralla alguna, ya que la primera muralla la ordenó construir el propio Califa Muhammad I, entre los años 852 y 886. Por tanto, o escondieron la imagen de la virgen en el paño de la muralla, después de la llegada de los musulmanes y después de construida la muralla o…
Aunque. supongamos que como en todas las antiguas tradiciones, éstas tienen algún fundamento, y si en vez de esconder a la Virgen en la muralla la escondieron en la fachada de algún edificio que después quedó dentro de la muralla construida, al fin y al cabo ¿qué más da?
De Interés:
– Tucan, gestor de múltiples descargas
– Las plantas, remedio natural contra las enfermedades
– Un año de Windows 7
– Salsa de miel. Cocina fácil
– Declarada nula la “clausula suelo” en algunas entidades bancarias
– Argentina; Feliz Día de la Madre
Cajón desastres 
Hay que ver como son estas cosas, con el paso del tiempo se van modelando historias paralelas que perduran y se conocen incluso más que la propia historia original.
Me ha gustado mucho, además estoy leyendo otras leyendas que tienes publicadas y me gustan, me gustan.